Cuando nuestros hijos son pequeños los pediatras nos recomiendan aplicar una crema hidratante después del baño y aunque a medida que se van haciendo mayores dejamos de hacerlo, es una rutina muy buena para estimular el sentido del tacto.
La piel es el órgano sensorial más grande que tenemos. La sentido propioceptivo que estimulamos a través del tacto, no incide únicamente sobre la piel sino también sobre músculos, tendones y articulaciones.
La mejor manera de hacerlo es mediante masajes con cierta presión y por todo su cuerpo, hasta la punta de cada dedito. Se debe realizar con ambas manos, con ritmo suave y repetitivo.
Este tipo de estimulacion da al cerebro información sobre su cuerpo y le ayuda a ser mas consciente del mismo, lo que ayudara a crear su esquema corporal.
El cuerpo esta cubierto por receptores del tacto que encontramos incluso en las raíces del pelo, masajeandolo se establece el cableado entre la piel y los sentidos internos, haciendo que aumente la sensación de seguridad del niño y se fomenta también en el desarrollo del equilibrio, de la orientación espacial y del movimiento. El desarrollo táctil, es tambien importante en el desarrollo auditivo.
La piel contiene una serie de células receptoras que serán susceptibles de detectar cambios en la temperatura exterior, sensaciones dolorosas o placenteras, o incluso a las presiones.
Otras actividades que podemos realizar en casa para estimular el sentido del tacto puede ser mecer al niño en una hamaquita, envolverle en una toalla suave y sujetarle con firmeza. También pasarle un cepillo de diferentes texturas por el cuerpo.
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