Como os decía en el blog nuestro primer contacto con la estimulación de Cristina fue cuando ella tenia cinco meses, con esa edad ya notábamos que era como muy blandita, tenia muy poco tono, no nos miraba a los ojos cuando le hablábamos y prácticamente no sonreía. Remitidos por una gran amiga de una tía mía fuimos a Vitoria (Apdema), su hermana tenia un centro de Atención Temprana y ella podría orientarnos un poquito.
Estábamos muy perdidas, la verdad.
Llegamos una mañana mi madre y yo, y allí estaban esperándonos la fisioterapeuta y la terapeuta ocupacional, fueron super cercanas, miraban y trataban a Cristina de un modo muy cariñoso. Primero la evaluaron y vieron como efectivamente tenia facciones y síntomas de que algo en ella no estaba funcionando todo lo bien que debería.
Después poco a poco fuimos viendo que cosas podía trabajar yo en casa para empezar, no sabíamos el diagnostico, pero sí cuál podía ser un tratamiento inicial.
Unas palabras suyas se me quedaron grabadas, fueron los primeros sabios consejos de muchos que he ido recibiendo con los años “Ponle mucho boca abajo aunque llore, es fundamental que su cuello empiece a trabajar”.
Era muy importante y ya lo explicaré mas adelante que su cerebro se desarrollase y cuando los niños son pequeños se hace a través del movimiento.. por eso tenia que adecuar el ambiente y el entorno para que pudiese hacerlo.
Teníamos que colocarla en diferentes posturas primero boca a abajo, después boca arriba, de lado, siempre con objetos a su lado que pudiesen llamar su atención. Compramos un tapete de caucho con números y letras de colores y ahí pasaba horas, intentábamos que con sus manitas manipulase objetos llamativos y ruidosos, pero sobre todo me hicieron una recomendación fundamental y me insistieron mucho en la importancia del suelo como modo de vida, fuera amacas, sillas etc ….
Por último, nos enseñaron ejercicios para trabajar y ayudar a desarrollar el sentido del equilibrio, que también ayudaría a la maduración cerebral.
En esos momentos no sabia lo que me esperaba… pero obedeces, y obedeces pensando, que será solo cuestión de meses y que no es para tanto.
Fue entonces cuando, como ángeles venidos del cielo, aparecieron en mi vida dos tías mías, que junto con mi madre, se lo tomaron más en serio que yo… . Creo que ellas si que eran conscientes de lo que nos estaba pasando, y nos pusimos juntas manos a la obra. Cada día venia una de ellas y trabajaba con Cris en el suelo con luces, sonidos, todo tipo de juguetes, nos recomendaron pintarnos los labios, ponernos nariz de payaso con el fin de conseguir que ella nos mirase a la cara y su mirada se mantuviese aunque fuera unos segundos.
Asi pasamos los primeros meses, compaginábamos la labor en casa con, la búsqueda de un Centro de Atención Temprana, donde pudiera comenzar las sesiones de fisioterepia..
No me cansaré de decirlo, Los primeros años son fundamentales, hay que trabajar, trabajar y estimular, mucho tiempo, para que podamos obtener beneficios, podemos hacer muchas cosas desde casa, se trata de estimular los diferentes sentidos y a fortalecer sus pequeños cuerpos..
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